El mejor momento de Libia, arrasado por la OTAN


Un pueblo que ha sufrido tanto merecía disfrutar de su progreso. 
Pero la Alianza irrumpió con sus bombas 

Por: Leonor Massanet 

Libia es un país muy diferente a cualquier otro que haya conocido. Y es destacable la característica de haber estado bloqueado durante 30 años y, al mismo tiempo, que todos los libios sean gente culta, ya que hay colegios por todo el país y universidades, gratuitas también, en todas sus ciudades. Esta es una de las singularidades de este gran país, con valores aún no reconocidos por el mundo, ya sea por desconocimiento como por el gran juego mediático de demonización al que Libia viene siendo sometida desde hace años. La comunicación es fácil porque casi todos los libios hablan inglés y una gran mayoría también italiano y francés. Para empezar, hay que resaltar que las leyes son iguales para hombres y mujeres. La familia es lo más importante y después viene la tribu, que es la familia extensa. Las gentes aún no han entrado en este proceso de individualización en el que estamos sumergidos en Occidente y aún viven «para el grupo», es decir, para la familia. Por esto, vivir en una familia es una aventura maravillosa que me embarcó completamente y me hizo olvidar mi proyecto inicial.
                      
Libia tiene un patrimonio cultural inimaginable y, como dicen algunos, es un tesoro aún por descubrir. Cinco lugares de ese país están declarados Patrimonio de la Humanidad. Ciudades romanas, como Leptis Magna o Sabrta; las antíguas ciudades oasis que eran paradas de las caravanas transaharianas como Ghadamés o Ghat, o las pinturas y grabados rupestres de los montes Akakos en pleno Sáhara. Las costumbres y cultura libias son muy diferentes a las nuestras y creo que esta es una de las razones por las que a veces se malinterpretan sus comportamientos. Porque yo, que soy psicóloga, tengo que reconocer que me he equivocado muchas veces en las interpretaciones de los comportamientos. A veces, pensaba que hace falta un interlocutor cultural para relacionarse con los libios porque al ser gente muy educada, muy empática y culta, el diálogo se hace fácil, pero van surgiendo montones de interpretaciones equívocas de las que ni nos hacemos conscientes.

Viendo las familias libias descubrí lo fácil que puede ser la convivencia si se estructuran las relaciones. Vivía con una de 15 hijos y la mayoría de ellos ya están casados y tienen sus propios hijos. Es muy corriente que aparezca una de las hijas por la mañana con sus hijos y se quede varios días en la casa sin ningún problema. El padre cada día trae un saco de barras de pan por si vienen hijos a la casa y el pan que sobra se da a los animales. El pan es muy barato porque está subvencionado por el Gobierno para que todo el mundo pueda comer, incluso los inmigrantes que acaban de llegar. Los comercios tienen un mueble vitrina en la parte exterior que está lleno de pan. Si alguien no tiene dinero y coge pan sin pagarlo, lo ven normal. Otra cosa interesante son sus inmensos acuíferos. El Gobierno ha llevado agua a toda la población, creando en el desierto miles de hectáreas de cultivos que prácticamente autoabastecen al país de estupendas frutas y hortalizas (¡nunca probé sandías mejores!). Además, ha plantado millones de árboles en ese medio hostil. Hoy, según el PNUD, Libia es el país de mayor nivel de vida e índice de desarrollo humano de toda África. Y la esperanza de vida de un libio es de 78 años.

Si nos alejamos en la historia de Libia, antes de la revolución, era un país colonizado por Italia, Francia, familias muy influyentes judías y EE UU, que tenía allí las bases más grandes del Mediterráneo. Los libios vivían solo para intentar sobrevivir. No tenían ni hospitales, ni colegios y sus casas eran de adobe. Los beneficios del petróleo se los quedaban los extranjeros, dejando solo un 10% más o menos para el rey Idris. En uno de los viajes que Idris hizo a Marruecos, las tribus y el Ejército libio se pusieron de acuerdo y le plantearon que si volvía a Libia ya no sería como rey. No volvió, y murió en un balneario turco. Luego, nacionalizaron el petróleo y Libia se quedó con el 85% de los beneficios, mientras el resto fue para las explotadoras. Ello les costó una guerra para poder expulsar a los países colonizadores. Lograron cerrar las bases de EE UU, pero en este proceso de liberación murió una tercera parte de los libios.

El libio es un pueblo libre y orgulloso por naturaleza. Se percibe en su forma de vida y comportamiento, pues no acepta estar sometido. Hay lógicamente un poco de confusión ante el cambio tan drástico de estos últimos años porque, cuando les levantaron el embargo, les llegó la televisión por satélite, el teléfono, internet., que ahora tienen todas las casas libias, incluyendo el aire acondicionado. Ante ellos se ha abierto un mundo desconcertante y diferente. El proceso de reconstrucción del país empezó con viviendas para toda la población, colegios y hospitales en todas las ciudades, carreteras, universidades.y todo gratis. El petróleo es de los libios y ellos lo tienen muy claro, por esto es lógico que cada mes se les haga un reparto de los beneficios, se les den préstamos sin intereses y becas para estudiar en el extranjero. Si el estudiante está casado, puede ir también con la familia. Los servicios se pagan con los beneficios del petróleo. Hace unos 5 años, y gracias al levantamiento del bloqueo, Libia elaboró un nuevo e inimaginable plan de reconstrucción de todo el país. Para ello invitó a las empresas extranjeras que quisieran ayudar y enseñar a los libios. Pero todas las empresas que entraban debían asociarse con libios. Al iniciarse el conflicto,aquéllas dejaron sus maquinarias y sus proyectos e inversiones a la mitad. ¿Por qué no se habla de los perjuicios que esto ha representado para la tan dañada economía europea? ¿Y de la destrucción de puestos de trabajo, libios y de otros 3 millones de trabajadores extranjeros que ahí había? Antes de final de año se iban a entregar a las familias beneficiarias las casas que se estaban terminando por todo el país. Libia entera estaba en obras y los libios vivían su mejor momento, con un incremento de sus pagas estatales y sueños nuevos. Cada mes se podían ver a simple vista los cambios tan grandes que estaba viviendo la nación. Una semana antes de iniciarse el conflicto recorrí Libia desde Trípoli a Sabha y hablé con mucha gente. Estoy segura de que los libios estaban viviendo el mejor momento de su historia. Un pueblo que ha sufrido tanto merecía disfrutar de su progreso. Pero la OTAN irrumpió con sus bombas. Es tan descorazonador recordar la Libia de hace algo más de 100 días y ver la cantidad de bombas con uranio empobrecido que los aviones de la Alianza arrojan cada día contra los libios y su patria... Es tan descorazonador ver y comprobar el gran juego y el bloqueo mediático que no permite que se conozca fuera de Libia lo que realmente están haciendo EE UU, Francia, Reino Unido y España. en Libia.

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